Llegará el día en que los uruguayosle impongamos nuestro sello a la globalización?
…Soy indonés, de la etnia bindu. Mi palafito es un hogar confortable, algo alejado de la aldea pero a dos metros de altura, lo que me pone a salvo de los jakartos hambrientos que viven en las aguas del viejo Ishtramak. Ishtramak en el dialecto anit parece que quiere decir “río de los pájaros pintados”, aunque el maestro de la misión de la ONU en la aldea desconfía de esa traducción.
Hace unos días llegaron hasta aquí unos estudiantes extranjeros con cámaras y micrófonos. Tenían mucho interés en conocer mi forma de vida, mi alimentación, cómo me proveo de ropas, sal, medicinas, etc. Mientras me filmaban cocinando un asado con cuero en el parrillero -un medio tanque, en realidad- y paladeaban un tannat roble, les conté de mis primeras experiencias infantiles con el corned beef de Fray Bentos, un mítico lugar en el que mi abuelo nos contaba se exprimía a las vacas hasta meterlas en una latita. Uno de los estudiantes, de la etnia deutschland, dijo que él también había sido alimentado con corned beef de Fray Bentos, comentario que fue recibido con naturalidad por sus compañeros.
Una de las visitantes se interesó por mi bicicleta, intuí sus sospechas y les confirmé que nunca la había podido usar ya que el pantano no es buen terreno para pasear en birodado, pero que no me había podido resistir a comprar una Grazziella flor que me lleva a donde voy, rodado veinte y con freno contrapedal. Ellos festejaron mi comentario y acto seguido me interrogaron por mi conexión a la red de agua potable, entonces les conté que hacía un año habían llegado a la aldea unos ingenieros con una planta portatil de potabilización, la trajeron a upa y nos conectaron a todos al suministro de agua cristalina y pura. Uno de ellos, al que llamaban “canario” por la etnia a la que pertenecía, me regaló un termo y un mate, ajuar que me permite disfrutar de unas mañanas placenteras bajo el mosquitero escuchando radio Clarín…
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Gentileza de Marcelo Barzelli